¿Sabes qué son los mecanismos de defensa? Esto podría estar frenando tu productividad
Los mecanismos de defensa son normales, pero cuando estos se convierten en un hábito, ahí es cuando puedes sabotearte en el trabajo. ¡Conoce más!

Adaptarse a trabajar desde casa ha sido un reto importante para muchas personas, ya que, si en la oficina éramos propensos a distraernos, en casa se potencializa y tendemos a evadir nuestras tareas , con otras que no requieran un compromiso laboral. ¿Has escuchado hablar de los mecanismos de defensa ?
El primero en definir los mecanismos de defensa fue Sigmund Freud , el famoso creador del psicoanálisis; sin embargo, su hija Anna Freud los siguió desarrollando y expandiendo en su investigación. Ella puntualiza que estas acciones las usamos inconscientemente para evitar y protegernos de los pensamientos o sentimientos negativos, por ejemplo, la ansiedad o la culpa.
Nuestros mecanismos de defensa entran en acción cuando nos sentimos amenazados , cuando dudamos de nuestras habilidades y de pronto nos damos cuenta de nuestras propias deficiencias. Entonces, nos ponemos a la defensiva para preservar nuestro orgullo.
Los mecanismos de defensa pueden surgir en cualquier área de nuestra vida, pero son visiblemente más frecuentes en el trabajo, donde el estrés a menudo es muy alto y existe un deseo abrumador de dar lo mejor de sí. Este hecho afecta nuestra productividad diaria, pero ¿cómo puedes evitar que se convierta en un problema mayor? El primer paso es reconocer cuál es tu mecanismo de defensa.

Evasión: voy a alejarme lo más que pueda de esa situación estresante
La procrastinación es la forma más común de evasión en el trabajo y te mantienes alejado de un escenario potencialmente negativo al continuar postergando lo que tienes que hacer. Detente a pensar: las cosas no desaparecen sólo porque las ignoras, todavía lo tienes que hacer.
Negación: eso simplemente no puede pasar
Si tú y tu equipo están trabajando en un proyecto grande, la fecha de vencimiento está próxima, y todavía tienes mucho trabajo por hacer, debes tener cuidado. Podrías pensar: “vamos bien en tiempo” pero eso es negación; estás evitando una circunstancia o un pensamiento potencialmente amenazador.
Racionalización: eso no es mi culpa porque...
El clásico juego de la culpa: ahí es donde la racionalización entra en juego. Con este mecanismo de defensa, se te ocurren muchos “hechos” que explican por qué una situación se desarrolló de cierta manera. Es más fácil decir que no cumpliste con la fecha de entrega por culpa de otras personas. O porque tu computadora no jaló. La racionalización es algo natural para la mayoría de nosotros, pero eso no significa que sea un hábito saludable en el trabajo.
Desplazamiento: necesito encontrar un blanco desprevenido para mis emociones negativas
Si el desplazamiento es tu mecanismo de defensa , al que se atraviesa en tu camino, va a desear nunca haberlo hecho. Puedes llegar a enojarte sin justificación o incluso enojarte con tus colegas que no han hecho nada malo. Canalizas toda tu frustración y tus emociones negativas hacia un blanco totalmente equivocado, sin embargo, sabes que dirigir esos sentimientos hacia tus superiores, tendría consecuencias para ti. Consejo: es mejor comunicar de forma clara tus inquietudes. Eres humano y tener días malos es inevitable, pero saber reconocer este mecanismo de defensa también tiene mucho valor.
¿Cómo puedes evitar los mecanismos de defensa?
Los mecanismos de defensa son normales . Y, cuando los usas ocasionalmente, pueden ser de ayuda. Sin embargo, cuando tu mecanismo de defensa se convierte en un hábito que repites a diario, ahí es cuando puedes sabotearte en el trabajo. ¡Permítete ser vulnerable!
Como cualquier otro comportamiento, el primer paso para poder cambiar es reconocer el problema. Analiza tus pensamientos, emociones, reacciones, e intercambios en el trabajo para determinar cuál de los mecanismos de defensa estás usando. Encuentra a alguien en tu equipo que te obligue a hacerte responsable y que pueda identificar cuando te pones a la defensiva. Esta persona debe poder, en el calor del momento, dirigir tu atención hacia el hecho de que estás descargando tu frustración o evitando tu lista de pendientes.
En PUBSA sabemos que no solo la productividad es importante , también lo es un buen clima laboral. Nos importa y nos preocupa que nuestros integrantes cuenten con las herramientas necesarias para impulsar sus habilidades y se desarrollen de manera óptima. Su trabajo es el reflejo del éxito con nuestros clientes.